Una Esperanza

Estoy en un rincón de un café nuevo en Santiago, Chile. He viajado aquí para charlar con una mujer sobre los cambios en Chile y el progreso en la lucha para los derechos de las mujeres. Cynthia es una mujer de 22 años, lleva una blusa azul vibrante que complementa sus ojos. Su postura es confidente con una mirada valiente, nadie va a violarla otra vez. Hace dos años, Cynthia ha convertido en la cara de la lucha para el aborto en Chile, después de su experiencia a partir de su violación.

JR: “Que ha pasado cuando llegaste al hospital en 2014?”

CT: “Me violó y quedé embarazada. Había un problema con mi salud, pero a causa de la ley, no pude abortar.  Llegue al hospital para ayuda, pero no hizo nada. Encima, enviaron noticias a mi familia, que ha causado una situación incomodo para ellos. Al final, he tenido un malparto que salvó mi vida. Tengo suerte que sobrevive, pero no puedo decir la misma para otras mujeres en mi situación.”

Chile esta conocido para tener algunos de las leyes más serios sobre el aborto. Es un país muy conservador y muy religioso. Chile es “una de cinco países en cual aborto es una crimen que merece encarcelación.”

CT: “No siempre era así en Chile,” me cuentas Cynthia. “En los últimos anos de su mandato, Pinochet ha hecho el aborto una crimen.  La iglesia y los sucesores de Pinochet no hayan hecho movimiento para cambiar las leyes.”

Entonces, he preguntado Cynthia, “¿que ha cambiado para tener un cambio en la ley?”

CT: “Bueno, estamos en 2016, debemos tener el poder de elegir, específicamente si hay una amenaza a nuestra salud. Pero a partir de allí, el poder de la iglesia se cayó mucho en referencia a su influencia sobre la opinión pública. También, 70% de la población está de acuerdo con un cambio en la ley. Esto es una mayoría absoluta. Si más que mitad de la población quiere un cambio, el gobierno debe responder; ellos son nuestros representantes. La tristeza es que algunos jóvenes tenían que salir en las noticias para una repuesta y cambio en las leyes, algunas tenían que sufrir.”

Cuando la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, ganó la elección para su segunda termino en 2014, anunció su apoyo para la despenalización del aborto. Ella es una doctora de medicina, un hecho que ayudó sus esfuerzas para un cambio. El debate incluyo la discusión de tres casos para el aborto: riesgo de vida para la madre, violación e inviabilidad fetal. Después de un año de debate en las cámaras, los diputados han pasado la despenalización del aborto en tres causales. Todavía tiene que pasar por el Senado, pero con el apoyo de la presienta, los diputados, y el público, no hay mucha duda del éxito en el futuro.

 

Los conservadores

Con la ley, Chile y la presidenta esperan que los muertos a causa de aborto clandestino (3-4/mes) bajen en tamaño. Por supuesto, el sector más conservador está en contra de los cambios, pero ahora están una minoría en Chile, y no tienen lo mismo poder de antes. Lo más conservador, está intentando de tener algo de control ahora sobre el cambio que esta inevitable. Por eso, ellos quieren determinar la gestión y cuando se permite el aborto legal para los tres causales. Como todos los cambios de las leyes que históricamente conectan con la cultura y los valores, no va a ser fácil. Sin embargo, el proceso de igualdad de las mujeres, en este sentido para la libertad sobre su propio cuerpo, está empezando.

He preguntado Cynthia si tenía algunas últimas palabras, “El cambio de ley es un paso en el proceso, pero no vamos a parar ahora que tenemos momento. Ya está la hora para las mujeres,  no solo en Chile, sino en América latina. No compartimos en todas las mismas culturas aquí en América latina, pero la fuerza de las mujeres es un poder no le gustaría estar luchando contra. Nosotros tenemos energía, y vamos a llegar a la que queremos.”

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