La magia siempre ha sido un tema muy debatido en el mundo. Aunque antes era la forma mas simple de explicar lo inexplicable, hoy en día, la mayoría de la gente no cree en la magia. Son pocos los que creen en ella. La mayoría son niños que aun no han perdido su chispa imaginativa mientras que el resto de los creyentes son considerados “raros” y “marginados” de la sociedad. Es cierto que la magia ha perdido mucha credibilidad, pero yo les puedo confirmar que, efectivamente, la magia existe. He visto esta magia con mis propios ojos en un lugar especial. Un lugar que vive en el pasado y en el presente al mismo tiempo y donde, en cualquier momento, puede aparecer una bruja volando en su escoba. No, ya se lo que están pensando, pero no estoy hablando sobre Disney World o Disney Land. No, este lugar tiene una magia mas oscura y mas hermosa. Aquí no hay ratones con orejas extra grandes ni montañas rusas para grandes y pequeños, simplemente la magia en su esencia mas pura.
Esta pequeña bruja de la que hablo tiene piel de ladrillo rojo y gris, y brazos empedrados. Sus torres son hexagonales con el techo en punta y de color negro, como el sombrero que es tan estereotípico de las brujas. Es en su centro donde choca el pasado con el presente, la magia con lo ordinario. Estando ahí es imposible no ver el contraste. Hay edificaciones del siglo XIII afuera de las cuales se para algún carrito vendedor que ofrece waffles Belgas y “friches”, las papas francesas que son tan famosas en Bélgica y Holanda. Por todos lados se ve a los turistas con cámaras, tomando fotos de cada pequeño detalle que encuentran importante. Sus presencias causan que la magia se esconda en otro callejón pero son una presencia necesaria; son parte de la atracción de la bruja. 
Es algo que la hace mas real. La presencia de los turistas también se hacen presente en el rio. Este rio empieza en el lado Oeste de la bruja y termina en su sur, pasando por su núcleo. Ahí toman unos barquitos que les muestran la ciudad. En un momento te sientes conectado al rio, pensando que en cualquier momento se podría levantar una hada del agua y al siguiente momento sale de la esquina un barco ruidoso que apenas se sostiene sobre el agua debido a el sobrepeso de algunos turistas. Corta la inspiración? Si. pero en si los turistas mismos son un show. Una gran comedia que dura todo el día. Gordos, flacos, de todos los colores, tamaños y sabores. Ademas de eso están por todas partes! Aunque es verdad que nosotros contribuimos a esa tropa de turistas Pero bueno, de vuelta a lo importante. La señora Rocío que conoce muy bien a la brujita y la ha visitado muchas veces afirmo “El sentimiento que te da al verla es único, como si repentinamente hubieras atravesado la barrera entre la fantasia y el realismo”. Esto decía la señora Rocío mientras soplaba suavemente el frío aire de invierno. 
Empezaba a oscurecer pero todavía se escuchaba el choque de copas brindando en la distancia y el sonido de los cascos de caballo que todavía traen a sus huéspedes en carruaje para arriba y para abajo. “Este lugar tiende a ser un refugio para todos aquellos que necesitan un respiro de paz. El día a día de otras ciudades puede ser sofocante” dice Johanna, una monjita que vive en el Beguinage. La historia del Beguinage es bastante interesante, fue creado durante las cruzadas para que todas las mujeres que se quedaban sin esposos pudieran vivir juntas y sentirse a salvo. El Beguinage esta compuesto de pequeñas casitas hechas completamente de piedra y que hoy en día tienen un valor muy alto. La mayoría de las casitas pequeñas están habitadas por monjas o profesores de la Universidad de Brujas que tienen el suficiente dinero para vivir en un pedaso de propiedad tan único. Sin duda la ciudad de Brujas es un lugar lleno de magia y fantasia, en todos mis viajes jamas he visto un lugar que se le compare.