Un refugiado que ayuda a los refugiados

photo En esta foto se puede ver parte del equipo que ayuda a los refugiados cuando lleguen a Atlanta para reasentamiento. En este equipo tenemos algunas personas que ellos mismos son refugiados. Estas personas han sido en los Estados Unidos por unos años y han decidido dedicar sus vidas a la asistencia de personas que han experimentado algunas de las mismas pruebas que ellos.

Como meritorio, trabajé con estos refugiados y oí sus historias personales y sus pasos a los Estados Unidos. Además, tuve la oportunidad de oír sobre la manera en que se han adaptado a la vida aquí.

El hombre que está sentando a la derecha es de Birmania. Un día él y yo estamos manejando al apartamento de una de las nuevas familias. Me dice, “Cuando llegué aquí hace siete años, sólo había estado en un carro unas veces antes. Llegué aquí en esta gran ciudad donde hay tantos carros y pensé que nunca manejaría, pero míralo que estoy haciendo ahora. Todo ha cambiado desde que llegué.”

Me habla mucho de la vida que tenía en Birmania y el peligro con que se enfrentaba allá. Cuando era adolescente, se iba por sí mismo sin su familia para Tailandia, pero no tenía dinero para pagar al traficante. Para llegar al Tailandia, tuvo que dedicar dos años de trabajo sin salario a los traficantes. Esta significaba que por dos años tenía que contrabandear personas entre los dos países antes de que pudiera entrar en el campo de refugiados. Por estos dos años, vivía ilegalmente en Tailandia como esclavo con amenazas hacia su familia si entraba en el campo antes del fin de los dos años.

Cuando finalmente llegó al campo, parecía como un paraíso al principio porque podía trabajar y recibir dinero. No tenía que esconderse de la policía, pero después de un periodo de tiempo allá se dio cuenta de que quería una vida real y empezó el proceso de solicitar reasentamiento. Después de unos años, llegó aquí a los Estados Unidos para ver un mundo completamente diferente. No podía hablar inglés y no conocía a nadie aquí, pero con la ayuda de la gente en su agencia de reasentamiento, encontró una comunidad birmana en Atlanta y empezó a aprender inglés.

Ahora, él trabaja en la oficina de Caridades Católicas Atlanta como un intérprete birmano y como un especialista de logísticas. Desde llegó aquí hace siete años, ha conocido a su esposa que ahora está embarazada. Además de trabajar en la oficina, también trabaja como dueño de una lavandería. Habla inglés casi con fluidez y obviamente ha aprendido a manejar. Después de cinco años aquí, se puede solicitar ciudadanía, pero hasta ahora no la solicitaba porque siempre quería creer que podía regresar a su país. Ahora ha aceptado que necesita la ciudadanía para que pueda ir a Birmania para traer su familia aquí porque si no la tenga, podría ser detenido en Birmania por el gobierno. No ha visto a sus padres en más de diez años así ahora su meta es guardar el dinero suficiente para solicitar ciudadanía y entonces para ir a Birmania.

Todos los refugiados que trabajan en la oficina tiene historias increíbles como la de este hombre birmano con pasos diferentes y culturas en conflicto, pero he aprendido que todos quieren ayudar a las personas que vienen aquí como refugiados porque saben la dificultad de la transición por ellos mismos.