Para esta semana, elegí una crónica de otra revista por causa de un problema con El malpensante. Elegí una crónica que se llama, “Nunca es el cuerpo equivocado: la experiencia de la niñez trans,” por Julia Muriel Dominzain y Valeria Pavan que fue publicado en Anfibia.
La crónica se trata de la idea de niños transexuales y los problemas con que enfrentan durante la juventud. También, explica el concepto del género como una “construcción ideológica, una especie de ley cultural, política, moral.”
El tono de la crónica cambia a lo largo de la escritura. En unos momentos, los autores usan un tono muy profesional para explicar la distinción entre el sexo y el género. Cuando están tratando de comunicar la idea de la construcción del género por la sociedad, usan un tono más educativo. Enseñan estas cosas, pero en otros momentos usan un tono mucho más conversacional.
Incluyen diálogo con los niños y con los padres de los niños que experimentan estas cosas. Este aspecto agrega un tono más personal a la escritura. Podemos como lectores conectar con los niños y sus familias para sentirnos más cerca de estas personas y las cosas con que enfrentan.
La mezcla de estos dos tonos representa perfectamente la idea de la crónica. El tono más educativo se parece mucho al periodismo, pero al otro lado el tono más personal se parece mucho a la literatura. Por eso, esta crónica en particular sirve como una mezcla y un equilibrio perfecto entre los dos aspectos importantes de todas crónicas.